Llegó a Chile un libro estadounidense que reconstruye la creatividad, egos y excesos que convirtieron a ambas bandas en las más influyentes de la historia.
por: Juan Carlos Ramírez F.
martes, 30 de diciembre de 2014
1967 un año en que Mick y John estuvieron muy unidos.
El Vesubio era el bar top de Londres en 1968. Ahí apareció Mick Jagger con el adelanto del "Beggars Banquet", considerado por la crítica como el mejor álbum de los Rolling Stones hasta hoy. Los actores, músicos, artistas y modelos se pusieron a bailar y celebrar la exclusiva.
Hasta que apareció Paul McCartney con "Hey Jude".
"Los asistentes reclamaron al disjockey que pinchara la canción de siete minutos una y otra vez", señala el historiador John McMillian en la introducción de "Los Beatles vs. Los Rolling Stones" (Indicios). Tras "Revolution", el ruidoso reverso del single, Mick Jagger estaba molesto. Sentía que The Beatles le habían robado una vez más el protagonismo.
Anécdotas así son el motor de este libro que, a su vez, funciona como investigación y también reflexión de cómo dos agrupaciones -a ratos rivales, a ratos amigas- fueron claves en edificar la música pop. "Aún hoy, cuando dos personas quieren conocerse mejor, a menudo se preguntan «¿Beatles o Rolling Stones?» (...) Los Beatles pueden describirse como apolíneos y los Stones, dionisiacos; los Beatles pop, los Stones rock; los Beatles eruditos, los Stones viscerales; los Beatles utópicos, los Stones realistas".
Sexo, drogas y mucho ego
A partir de entrevistas, memorias, revistas o apariciones televisivas, McMillian reconstruye momentos claves como en 1963 cuando Lennon y McCartney les compusieron a los Stones, en su propia sala de ensayos, "I wanna be your man" (cinco años después les harían los coros en su hit "We love you").
Hay también anécdotas vergonzosas como cuando Brian Jones -borracho- tira un plato de pescado al suelo, frente a un avergonzado Keith Richards, quien había logrado que un restaurante de pueblo les abriera de madrugada.
El libro acusa complicidad de la prensa al tapar escándalos sexuales de los Beatles y su docilidad al abandonar su imagen rockers y vestirse de traje, y cómo sus "rivales", imitaron su imagen angelical.
Otro capítulo sabroso es sobre cómo ambas bandas se cuidaban de no hablar mal de ellas y también cómo evadían la contingencia política.
Incluso cuando Jagger defendió a los chicos que protestaban globalmente en "Street fighting man", se supo que apenas fue a una manifestación frente a la embajada de EE.UU. fue grabado y se retiró de inmediato.
McCartney, por otro lado, es retratado como el más manipulador de todos, cultivando una imagen bonachona, pero capaz de acosar a Brian Epstein por unas platas mal justificadas.
¿Pero eran amigos o rivales? Para el autor, ambos grupos pasaron por diversas etapas. En 1963 y 1967 andaban juntos para todos lados. Entre medio, intentaban respetar el acuerdo de nunca lanzar una grabación al mismo tiempo.
Hacia el final, los Beatles quedan mejor parados. Resume su autor: "Nadie echaba en cara a los Stones que se estuvieran haciendo mayores, sino que lo hicieran de un modo estrafalariamente indigno (...) Paradójicamente, sin embargo, con su negativa a reunirse, es muy posible que los Beatles hayan realzado su legado".
Fuente: La Segunda.com
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